Fredy tiene 41 años. Es soltero, no tiene hijos y vive de noche. Es el arquetipo del playboy, sin un trabajo fijo y eterno seductor de veinteañeras. Una noche, Fredy conoce a Aylín. Creyendo estar frente a un nuevo affaire pasajero, se encuentra con la sorpresa de que Aylín es su hija y que, además, va a ser abuelo. Esto le cambiará la vida cuando menos lo pensaba.
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