“El arte de pasar de todo” relata el principio de la vida adulta de George, un adolescente solitario y fatalista que ha llegado hasta el último curso sin poder decir que haya trabajado en serio ni un solo día. Se ha hecho amigo de Sally, una chica guapa y complicada que reconoce en él a un alma gemela. Sally le arrastra como un huracán al interior de su intenso mundo. Le invita a las fiestas de moda, le acompaña a galerías y museos, se va con él de pellas y acaba convirtiéndose en su mejor amiga. De forma casi inevitable, George, un chico del montón, descubre que se muere por los pedazos de la coqueta Sally, pero es incapaz de hallar el modo de hacerle saber sus sentimientos. Sally proporciona a George un refugio donde cobijarse de la vulgaridad del instituto y de la incertidumbre del hogar, donde la situación existente entre su madre y su padrastro no es lo que parece. Entonces, con el final del último curso echándosele encima, George recibe un ultimátum del director: o completa en las siguientes tres semanas todas las tareas que no ha realizado en todo el año, o no se graduará. George no tarda en ver cuán rápidamente el mundo se viene abajo cuando uno ha perfeccionado el arte de ir tirando.
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