Para Sophie, la novia, y Mark, el novio, las palabras «Hasta que la muerte nos separe» adquieren un significado amenazador el día de su boda. Hermann, el engreído padre de Mark, tiene un mal día y se enzarza en una bronca a causa del aperitivo con Franz, chef de alta cocina que tiene problemas financieros y en cuya elegante posada campestre va a celebrarse el banquete. Sin prisa pero sin pausa la fiesta empieza a descontrolarse. El idílico mesón rural se convierte en un fortín sitiado y las agresiones entre ambas partes van en aumento. A Hermann no le importa que los inocentes invitados se vean atrapados en tan tremendo lío. Incluso Franz, que al principio mantiene la cabeza fría, comienza a perder los nervios. Todos los esfuerzos por aplacar a estos dos testarudos fracasa, y el banquete deriva hacia un final inesperado.
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